Mantenerse a la cabeza en el dinámico mundo de la Fórmula 1 no solo requiere un piloto hábil, sino también tecnología punta. Esta historia de éxito gira en torno a un fabricante de motores de renombre y una escudería de Fórmula 1 que se propusieron obtener una ventaja competitiva antes de la introducción del nuevo reglamento técnico de la FIA en 2026. Para ello, ya en 2023 estaba probando sensores de picado, un componente crucial de las unidades de potencia.